Tristán Ramírez Ruiz de la Prada embajador del SUV C5 Aircross Plug-In Hybrid
Entramos en el estudio taller de ágatha ruiz de la prada, con su ceo, tristán ramírez ruiz de la prada
- Tristán Ramírez Ruiz de la Prada, embajador del Nuevo SUV Citroën C5 Aircross Plug-In Hybrid, nos descubre cómo es trabajar en esta empresa familiar y cómo el innovador SUV modular y ecorresponsable de Citroën colabora en la solución de los mil problemas prácticos que les surgen cada día.
- Tras regresar de una exigente aventura en solitario por Asia, Ramírez asegura que ha aprendido a apreciar más lo que tiene alrededor, como vivir en una ciudad como Madrid.
Tristán Ramírez Ruiz de la Prada, CEO de Agatha Ruiz de la Prada, nos ha abierto las puertas del estudio taller de la firma para darnos una nueva muestra de su personalidad única y optimista -valores que le convierten en el embajador perfecto del Nuevo SUV Citroën C5 Aircross Plug-In Hybrid- y descubrirnos los entresijos de esta empresa ‘Made in Spain’ liderada por su madre. “Nos unen muchos valores a Tristán, como la personalidad prestigiosa de este SUV, que nos encanta que le acompañe en su día a día al frente de Ágatha Ruiz de la Prada”, celebra Paula Bartolomé, Directora de Comunicación de Citroën.
Antes de incorporarse a Agatha Ruiz de la Prada en 2018, nos cuenta Ramírez “trabajé en Inditex, en sus sedes de India y Pekín, estuve en Delhi tres años y medio y me encantó. De hecho, no me importaría volver. De igual modo, me gustaría regresar a Pekín, donde también me tocó vivir, porque China me parece fascinante", asegura. Una época que no echa especialmente de menos y que, profesionalmente, es muy distinta a la actual –“Aquí, en Ágatha, se trata de trabajar estéticas que te hagan ilusión y, posteriormente, convencer a los demás de comprarlo. Es aportar emoción”. La experiencia le dejó un amor por Asia que le llevó a embarcarse en una arriesgada aventura en moto por todo el continente.
Ramírez, que se fue de China porque le apetecía hacer un viaje de aventura de seis meses en solitario nos cuenta su aventura: “Estuve haciendo todas las provincias de China en moto y Asia Central -Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán-. Y luego se me estropeó la moto, llegó el invierno, se cerraron los pasos de montaña… y tuve que abandonar. Pero la intención era llegar hasta Madrid”, asegura.
Para el madrileño, atravesar el desierto de Gobi y luego los Pamires fue una escuela para resolver problemas prácticos, “porque todos los días había mucha adrenalina, todos los días pasaban cosas: que te has quedado atascado en una duna, que tienes que sacar la moto, que te has quedado sin gasolina…”. Y este aprendizaje, explica, le ha resultado muy útil en Ágatha Ruiz de la Prada, donde colabora en proyectos muy variopintos, desde hacer un desfile en Marbella o Costa Rica a hacer cosas con prensa, hablar con licenciatarios, problemas prácticos como un aire acondicionado que se estropea… “Nunca sé lo que va a pasar. A veces hay que salir corriendo con el Citroën a encontrar un trozo de tela que necesitamos para un traje que nos han encargado. Y como somos un equipo muy pequeño, esos problemas los soluciona básicamente el que está más cerca. Y eso hace que sea divertido. Solucionamos problemas prácticos del día a día a la vez cosas más espectaculares, artísticas y estratégicas de la empresa”, sonríe.